Ana, la amiga de Ivonne. 1
Hola, me llamo Javi. Siempre he sido un niño mimado en casa y el consentido de mi hermana mayor Ivonne, siempre me dice que soy el "hombrecito" de la casa.
Mi hermana es una mujer muy guapa, de rostro agradable, no muy alta, delgada, de formas bonitas y con un atractivo especial, un par de tetas deliciosas y un trasero de concurso. Se divorcio hace no mucho y se ha dedicado a cuidar mas que nunca su figura, esta mejor que nunca. Su círculo íntimo se limita a cuatro o cinco amigas, solteras o divorciadas y de edades similares a la de ella. Cuarentonas les dicen. Su mejor amiga es Ana. Se reúnen en casa cada fin de semana y cenan, ven alguna película, toman una copa de vino, juegan y pasan un buen rato. Yo muchas veces estoy con ellas y participo de sus juegos, de hecho, busco la manera de no perderme sus reuniones. Perderse una reunión de maduras bien sensuales y desinhibidas, jejeje; ¡ni loco!
Hace tiempo, una noche que la reunión coincidió con mi cumpleaños, hacía la fiesta diferente y algo especial, pequeña pero muy especial. Hubo pastel, vino a raudales y unos cuantos regalitos para mi. Ana, la amiga de mi hermana tiene algo en común con ella, si aparte de estar las dos buenísimas y ser muy consentidoras conmigo. No tienen hijos. Así pues, soy "hijo único" adoptivo de ellas y eso tiene algunas ventajas adicionales.
Esa noche, sin duda una de las más emocionantes de mi vida. Se pusieron a jugar cartas y, supongo que, por el efecto del vino, decidieron jugar póker de prendas. Como premio por mi cumpleaños, me invitaron aparticipar y para cuando me di cuenta, ellas estaban medio desnudas en la mesa, si las cuatro: Ana, Leslie, Gaby y mi propia hermana. La que salió peor parada era Ana. Tenía 41 años y estaba francamente muy bien. Unas piernas largas y delineadas, siempre con medias y zapatos de tacón alto, bien formada. Sus tetas eran grandes y bien puestas, cuando se quitó el brassiere, que perdió en una de las primeras manos, quedaron a la vista de todos. Leslie y Gaby reían mientras yo no podía aparatar los ojos de ese par de hermosuras. Unas tetas redondas, erguidas y duras, con unos pezones duros y bien parados. Una estaba con los senos al aire, dos más en brassiere y una solamente vestida con las medias. Además, motivadas por la situación y el alcohol de más, se quitaban de las prendas con movimientos muy eróticos haciéndome strip tease, cosa que no hacia más que hacerles reír a carcajadas, pero que a mi; me ponían la pija más tiesa que el mástil de un velero. Por alguna razón, Gaby recibió una llamada y decidió retirarse, Leslie iba con ella en el auto, así que las dos se despidieron y se fueron. Dos oportunidades mas de ver mas tetas desaparecían, pero bueno, mi interés en ese momento estaba con Ana.
De pronto empecé a tener una mala racha y no paré de quitarme prendas. Cuando me tocó quitarme los pantalones, me dio un poco de pena porque sabía que se iba a notar mi calentura. Pero no puede zafarmey tuve que quitármelos. Al verme tan "excitado" Ana e Ivonne empezaron a aplaudir y chiflar, Ana pedía que me acabara de desnudar, mientras pedía a mi hermana Ivonne que me convenciera.
Ana: ¡Ivonne, dile a Javi que se quite el bóxer! ¡Anda, dile!
Si volvía a perder otra mano, iba a ser muy vergonzoso para mí. Pero las malas rachas nunca vienen solas. Así que después de que Ivonne recuperara el brassiere que había perdido hacía rato, me tocó a mí perder la mano y tuve que afrontar el quedarme en sin bóxer delante de Ana e Ivonne. Para colmo, la que más me animaba y daba su aprobación era mi propia hermana. Me vi obligado a quitarme el boxer frente a ellas, mientras mi erección era cada vez mayor. No tenia de otra, así que sin esperar más me bajé el boxer dejando mi pene a punto de explotar por la excitación expuesto delante de ellas para su disfrute visual.
Yo ya no tenía prendas que perder así que, Ana, propuso que si yo quería seguir debía tener una prenda ante la posibilidad de volver a perder. Si ganaba, recuperaba el boxer. Pero si perdía… la muy calenturientapropuso que aceptara a masturbarme frente a ellas. Ivonne me había visto desnudo toda la vida, vaya me vio nacer y me cambiaba los pañales. No sería la primera vez que me viera con una erección, estoy seguro ya me habría visto alguna vez que me daba vuelo en su baño sacando sus tangas de la ropa sucia y oliendo su aroma mientras me la jalaba. Pero Ana era diferente, hacerlo delante de ella si me daba algo de pena, me excitaba, pero me daba pena.
Ivonne soltó la carcajada y dio su aprobación de inmediato haciendo segunda a Ana. Si Javi, es lo justo, decía.
Ivonne: Ni hablar Javi, no te quedan prendas, ni modo, no hay de otra – me decía.
Ana: Si papi, no tienes otra opción, aparte; estoy seguro que te va a gustar, jiji.
Mientras decían esto, Ana tomaba por la cara a Ivonne y se le acercaba para darle un beso en los labios. Ivonne le respondía para después voltear a verme y cerciorase, de que estaba apunto de estallar. ¡No era para menos, tener a dos mujeres de ese calibre, desnudas, solo con medias y zapatos de altos, besándose en entre ellas… Uffff, en verdad estaba a punto de estallar!
Yo ya me temía lo peor aunque la verdad, el solo hecho de hacerme una chaqueta delante de ese par de mujeres tan deliciosas y muy excitadas me producía un morbo increíble. Esa noche, para mi suerte, no tuve fortuna en el juego… volví a perder la mano y tuve que afrontar el reto de hacérmela ahí delante de ellas.
Continuará...
Fotos: Realitygang.com
Imágenes de carácter ilustrativo y propiedad de sus creadores originales.




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