Punto de inflexión. 5
Javi tomó un trago: "Ella es mayor de edad, y siempre hizo lo que quiso. Dudo que vaya a prestar atención a lo que yo piense justo ahora."
- "Hey, se trata simplemente de poner algo de loción en mis piernas.", explicó Ivonne. "Además, me hace falta un masaje. Empieza por mis pies, y luego ve subiendo."
Fede se arrodilló frente a ella, dejó caer algo de aceite sobre sus tobillos, y comenzó a masajearlos. Ivonne le pidió que apretara un poco más los dedos, e incluso emitió un leve gemido cuando las manos de Fede manipulaban su empeine y la curvatura de sus pies.
"Mmmm, qué bien se siente", le dijo Ivonne.
Empujado por la buena recepción, empezó a subir hasta sus rodillas y la parte inferior de sus muslos, disfrutando enormemente la tarea. Las piernas de Ivonne eran duras, debido a que iba al gym constantemente. Lentamente, Fede continuó el camino ascendente, hasta llegar a medio muslo, donde se detuvo.
"Qué ocurre?", le preguntó Ivonne.
"Ehh, bueno..., dónde terminan?"
"Mis piernas?"
"Ssi..."
"En el mismo lugar que terminan las piernas de todo el mundo." A su lado, Mara se divertía.
"Bueno, pero dónde exactamente?. No quisiera... equivocarme."
"Ah..., tenemos a un verdadero caballero." Ivonne miró hacia abajo, a su camisa cubriendo su concha, y la acomodó hasta que apenas le tapaba los labios vaginales. "Pero no manches mi camisa con el aceite."
Fede tragó saliva, y luego comenzó a pasarle aceite en la parte superior de los muslos, mientras Ivonne se recostó con sus brazos hacia atrás, mirando como progresaba el masaje. De a poco, las manos de Fede siguieron ascendiendo, y cuando Ivonne flexionó sus piernas un poco, pudo masajear la parte posterior de sus muslos, casi hasta donde comenzaban sus nalgas. Justo cuando Fede estaba por dar por finalizada su tarea, ella miró hacia abajo y dijo: "Ya casi terminamos."
Fede observó, entre las piernas de Ivonne, al único espacio que había quedado sin cubrir por el aceite: unos centímetros de piel desnuda, a ambos costados de su concha.
"Cierto.", dijo él. Ivonne separó disimuladmente las piernas, para que él pudiese trabajar bien en esa zona. Entre ese movimiento de ella, y la presión de los dedos de Fede sobre el cuerpo de ivonne, la tela de la camisa se movió, dejando a la vista la parte exterior de sus labios, y la fina línea de sus vellos púbicos.
"Gracias, estuvo perfecto.", le agradeció a Fede. Cruzó sus piernas nuevamente, y volvió a llevar el borde de su camisa hacia abajo. "Y ahora sé que debo hacer un mejor trabajo con la tijera la próxima vez."
Dani y Mara le dedicaron a Fede una ronda de aplausos, a medida que él retomaba su lugar, con una expresión elocuente en sus ojos, y una tremenda erección bajo su calzoncillo. Incluso Javi dejó escapar una sonrisa.
"Ahora es mi turno.", gritó Mara con las cartas en la mano. "Esta es para ti Javi."
"Para mí?"
"Sí, tontillo. Me gustan los chicos altos. Quizás sea porque yo soy bajita. Bueno, estoy hablando demasiado. Siempre lo hago cuando estoy excitada." Sólo su propia tentación la detuvo. Tomó un trago para aclarar sus pensamientos. "Te propongo un trato. tu te quitas tu camisa y tu pantalón. Sacamos una carta cada uno, y si ganas, haces lo del aceite conmigo."
Javi sonrió y se mostró sorprendido, pero se quedó de inmediato en ropa interior. Sacó una carta, y resultó ser un Rey. Mara no pudo evitar la risa cuando ella sacó también un Rey. Repitieron la escena, y ésta vez ganó él.
- "Creo que tengo que ir más lejos que Ivonne. En lugar de pasarme el aceite por mis piernas", dijo Mara, mientras se quitaba su larga camiseta por sobre la cabeza, "hazlo en mi pecho." Las tetas de Mara eran más bien pequeñas, pero muy agradables, bien firmes y paradas en punta, sus pezones eran rosados y usaba una tanga de algodón, color celeste. "Puedes pasar el aceite sólo donde veas pecas.", le dijo, mientras se colocaba de espaldas sobre el acolchado suelo. Para alegría de Javi, Mara tenía pecas en todas partes.
"Permítanme.", dijo Ivonne, que tomó el aceite, y dejó caer un poco sobre las tetitas y el formado abdomen de Mara. "Ahí tienes, hermanito. Puedes comenzar..."
"Ya que insisten.", sonrió Javi, masajeando la estrecha cintura de Mara. Siguió con su tarea, tocando y apretando suavemente sus tetas, su pancita, desparramando sus manos por su pecosa piel, mientras su pija se iba poniendo como una roca.
Mara cerró sus ojos, y se contoneaba con placer. Llevó sus brazos detrás de su cabeza, como recostándose en ellos, y le dijo: "Oh, Dios..., esto es perfecto para culminar un arduo día de trabajo. Espero que te gusten mis tetitas..."
"Mucho", le respondió Javi, casi sin voz. Estaba fascinado por tener esos pezones endurecidos empujando contra la palma de sus manos, mientras jugaba con los pequeños pechos.
Ivonne notó la tremenda erección de su hermano tratando de escapar por la abertura de sus boxers. "Creo que este juego les debe gustar más que el strip póker, cierto chicos?".
"Es un buen juego, si..., pero me siento un poco fuera.", acotó honestamente Fede. Era duro ver a sus dos amigos recibiendo toda la atención.
"Uy, es verdad, creo que es tu turno ahora.", dijo Ivonne. "Aún tengo muchos lugares donde necesito loción. Saca una carta. Si es alta, me haces el frente, si es baja, la parte de atrás.".
Sacó una carta baja, pero no se quejó. Fede se imaginó lo que sería poner sus manos sobre Ivonne desde el mismo momento en que la vio. Ella llevó sus manos hasta el único botón que ajustaba la camisa, pero antes de abrirlo, le dijo: "Primero, tienes que quedarte desnudo."
"Desnudo?"
Al parecer los chicos ya se estaban emocionando de más y eso estaba por estar fuera de control. Ivonne repentinamente toma el mando y les dice: “está bien, ahora es turno de nosotras, tomen sus lugares y no se lo querrán perder!”
“Ahora sí que encendieron mi motor..."
"Sé a lo que te refieres.", coincidió Mara, mientras Javi también se levantaba. "Y me muero por ponerte las manos encima...".
Y entonces Mara empezó a hacer realidad el sueño de todo chico, montándose sobre Ivonne y besándola, mientras sus tetitas chocaban contra las tetas más grandes de su amiga. Sus lenguas batallaron por un momento, hasta que Mara rompió el beso en búsqueda de aire, diciendo: "Chicos, les gusta lo que ven...". Luego se despojó de su tanga, y después de poner algo de aceite sobre las tetas de Ivonne, comenzó a masajearla utilizando su propio cuerpo.
"Madre mía..., pueden creer que esto sea cierto?", exclamó Dani.
"Realmente, no. Pero voy a disfrutar cada segundo.", respondió Fede, dando un sorbo a su tequila. "Por demás está decir que nunca nadie debe enterarse de esto..."
"Así es.", coincidió Javi, con los ojos puestos en los empapados cuerpos desnudos de las dos mujeres. A esa altura, ya prácticamente se había olvidado de que una de ellas era su propia hermana, y cuando ese pensamiento volvía a su mente, lo descartaba rápidamente. Los tres estaban disfrutando la escena como simples espectadores ahora.
Mara se apartó levemente de Ivonne, mientras chupaba su pezón, y fue descendiendo, plantando suaves besitos sobre su pancita, jugando con su lengua sobre el ombligo, hasta llegar a la delgada"v" formada por su vello púbico.
Las manos de Ivonne, sobre el rostro de Mara, parecían suplicarle que no se detuviera, y de inmediato, Mara estaba abriendo los labios de su húmeda conchita.
"Hey, chicos..., miren que duro está su clítoris...", dijo Mara, levantando su cabeza para que los chicos pudieran ver sin obstrucción. Luego, lo succionó con sus labios, Ivonne empezó a gemir. Con el conocimiento de primera mano de la respuesta sexual de una mujer, Mara rápidamente llevó a Ivonne al borde del orgasmo, pero se detuvo justo para impedir que se viniera.
Cambió su atención del clítoris a la vagina de Ivonne, sonriendo a los chicos mientras introducía un dedo, y luego otro más, dentro de ella...
Contoneando su pelvis, Ivonne intentó llegar al orgasmo: "Vamos, Mara..., cómeme, zorrita!", le demandó a su amiga. Estirándose, tomó sus tetas con las manos y las masajeo intensamente, lo único que quería era acabar.
Pronto la siguió Mara, una vez que Ivonne encontró su clítoris, de pronto la habitación quedo invadida con los fuertes gemidos de las dos chicas.
Fuera de sí, Ivonne se acostó de espaldas, su pecho subiendo y bajando en colapsos. Mara se sentó cansada, pero después de ver bajo sus boxers los 3 miembros erectos de los chicos, dijo: "Dios..., ustedes sí necesitan descargarse."
Se acerco a Ivonne y le susurro algo al oído, a lo que Ivonne se incorporó y dijo: “Vaya que necesitan descargarse, lástima que lo tendrán que hacer ustedes mismos sin nosotras”, soltaron una carcajada.
Finalmente, Ivonne se hizo a un costado de Mara, y abrazando a su amiga, les dijo a los chicos: "Nosotras vamos a tomar una ducha, y ustedes limpien el piso. Que Dios nos ayude si ese aceite queda en el piso. Mamá y papá nos matarían."
Media hora más tarde, con el cabello seco y arreglado, las chicas regresaron vistiendo unas batas, y comprobaron que los chicos habían hecho un buen trabajo de limpieza.
Ellos estaban confundidos, sentados en el piso entre algunos almohadones, mirando un episodio de "Los Dukes de Hazzard".
Ivonne tomó un amplio y cómodo sillón, y se sentó en él, con Mara recostando su cabeza sobre las piernas de su compañera. Ella le agradeció a Javi por lo bien que habían dejado todo ordenado.
"De nada, lo hicimos rapidísimo. Este piso es fácil de limpiar."
"Veo que les gustó el juego, chicos." dijo Ivonne.
“No tanto como ustedes creen”, dijo Fede, mientras Javi asentía con la cabeza.
Sin quitar la vista del televisor, Mara preguntó: "Sólo una cosa: cuándo creen que tendrán dinero de nuevo para volver a hacerlo, chicos?".
De nuevo las risas de ellas inundaron el salón.
Divertida, Ivonne continuó viendo la tele, pero jugando con la pelirroja "V" perfectamente recortada de su amiga, cuya vagina empezó a responder a la provocación.
Para Ivonne, sería simplemente una nueva experiencia sexual. Tal como a ella jamás le había practicado sexo oral otra chica ni había participado exhibiéndose ante su hermano y sus amigos hasta esa noche. Acariciando suavemente los rulos de su vello, y palpando los labios de su vagina, decidió que le llamaba la atención todo lo que había probado. Pero principalmente el contacto con su hermano, con el que, de última, no tenía experiencia en el sexo, que bien que había podido experimentar un poco con ella.
“Bueno, creo que es hora de que se vayan a casa chicos, el juego terminó”, dijo imperativamente.
Los chicos desconcertados se levantaron y se despidieron de Javi, mientras Ivonne y Mara no hicieron mucho caso a su adiós.
Javi los acompaño a la puerta para despedirlos, no daban crédito de la gran noche que habían pasado!. Cerro la puerta, regreso al salón y se llevó una grata sorpresa.
Mara se acercó a Javi: "Me gustaría que tu tuvieras un premio especial.” Ivonne miró a Javi, que seguía marcando tremenda erección. Se abrió la bata, y preguntó: "Estás satisfecho, o quieres un poquito más?”
Mara hizo lo mismo, dejando a pocos centímetros de Javi sus desafiantes pezones, que coronaban sus tetitas paradas. A ti no te vamos a dejar cargado, te puede hacer daño; dijo Ivonne.
Mara bajó el pantalón de Javi, hasta dejarlo en sus tobillos; después bajo el boxer, liberando su miembro duro como roca. Lentamente lo empezó a masturbar, de arriba abajo con cadencia; mientras Ivonne se tocaba las tetas incitando a Javi a acabar. Mara continuaba con su labor, no tardando más de un par de minutos para hacer que Javi descargara toda su leche sobre sus pequeños y respingones senos. “Vaya que estabas reventando” dijo Ivonne cuando su hermano exploto.
Tímido y desconcertado, Javi no sabia que hacer, su cabeza daba vueltas entre el mareo por el tequila y lo inverosímil de la situación que había vivido. No hizo ora cosa que tratar de subir sus pantalones y correr a su recámara.
Las chicas se dieron tiempo para tomar una última copa y después se despidieron con un beso, sellando su secreto y prometiendo verse más a menudo, mucho más.
Ivonne también afectada por el alcohol, llegó a su habitación, se tumbó en la cama y cayó dormida de inmediato.
A la mañana siguiente, la resaca en los dos hermanos era inminente. Dolor de cabeza y malestar general invadían a Javi, mismo que no estaba seguro de si todo había sido un sueño o en realidad había pasado. Lo que si, era que lo había disfrutado, ahora veía a Ivonne de otra manera.
Ivonne por su lado, despertó sintiéndose culpable y un tanto avergonzada. Podríamos decir que por la situación vivida con su hermano y sus amigos, pero era todo lo contrario.
Ivonne baja cubierta en la bata a la cocina y se encuentra con Javi: “vaya nochecita, creo que se nos pasaron un poco los tequilas”, dijo ella. Javi solo se limitó a servir un poco de jugo en dos vasos.
“Javi, estoy muy apenada contigo, en verdad me gustó mucho que me tuvieras confianza de invitarme con tus amigos, pero no se si estuvo bien”, dijo Ivonne. “No te preocupes, lo que pasó ya está atrás, guardaré el secreto como lo prometí ayer”, Javi estaba más apenado que ella.
“Creo que no me entiendes Javi, no hablo de tus amigos, hablo de ti, no quiero que pienses cosas erróneas. Tú me tuviste confianza y yo quiero corresponder a ella”. Tomo un sorbo de su jugo y siguió: “Sabes que eres mi consentido, que te quiero mucho y no quiero que nos distanciemos por lo sucedido ayer, al contrario, me gustaría que tuviéramos aún más secretos y que me confiaras tus inquietudes”.
Javi no sabia que decir: “De que estás hablando, sabes que yo no confío en nadie tanto como en ti”, “Pues entonces no se diga más” dijo Ivonne mientras daba un abrazo a su hermanito.
Secretos fueron guardados en ese momento, pero no los que habían mencionado, sino los que Ivonne tenia pensados para sacar de la concha a su imberbe hermano. Ivonne se metió a dar un baño, ya planeando la forma en que Javi iba a ser recompensado…
Besitos
Dra. Tentación
Fotos: littlemutt.com
imágenes solo de carácter ilustrativo y propiedad de sus creadores originales.










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