Punto de Inflexión. 4
Mientras Dani miraba, Ivonne se pasó los dedos por su desnuda entrepierna, a sólo unos centímetros del rostro del chico.
"Me siento tan excitada..., especialmente cuando me muevo, y la tanga me roza directamente la piel, sin que ningún vello de más se entrometa".
Tomando la mano de Dani, la llevó a su pubis desnudo, para que él pudiera sentir su piel recién depilada.
- "No está buenísimo?", preguntó Ivonne, mientras caminaba hacia donde estaba Fede. De pie frente a él, la mano de Ivonne bajó hasta adentrarse en su bombacha, acariciando su concha: "Creo que tu y Dani deberían colaborar con Javi para pagar las pizzas. Me parece justo..."
Viendo los dedos de Ivonne jugando debajo de la tanga, Fede asintió sin dudar.
Ivonne se sentó, con su mano aún en su entrepierna: "Perfecto. Alguno de ustedes llame a la pizzería, tengo mucho hambre...", dijo. Luego sacó sus dedos del interior de su ropa interior, estaban húmedos, y los llevó a sus labios. Suavemente los chupó. "Creo que ustedes estarán hambrientos también.", acotó pícaramente.
"No puedo creer que hayas hecho eso...", no pudo aguantar Dani.
"Yo tampoco. Debe ser tequila. Estoy completamente desinhibida."
Fede levantó su copa: "Brindo por la desinhibición total." Todos bebieron por ello y, tras la insistencia de Ivonne, volvieron al juego de cartas.
Tras unas cuantas buenas manos, ella mantuvo lo suyo por la media hora siguiente. Entonces, justo cuando empezaban a preguntarse en voz alta cuando llegaría la pizza, se escuchó el timbre.
Ivonne dijo que ella iría a recogerla, y para ello volvió a ponerse su camisa, cerrando sólo un botón.
"El chico de la pizza va a tener una buena historia que contar a sus compañeros.", les dijo Ivonne, mientras iba hacia la puerta. La camisa apenas cubría sus nalgas.
Al abrir la puerta, vio a un chico bajito, con una gorra de béisbol al revés. "Adelante, estamos hambrientos..."
El chico entró, y le dio las pizzas: "Son 250 pesos".
Mirando su rostro bonito y suave, Ivonne no pudo contener la risa. No era un chico, era una chica!
"Perdón, pensé que eras un chico.", le dijo a la repartidora.
"Siempre se confunden. Son 250 pesos..." respondió la chica en un tono monocorde.
Ivonne se sintió algo tonta de estar semi desnuda frente a ella. Suspiró y algo avergonzada, dijo: "Ssi, permíteme dejar las pizzas en la mesa y te traigo el dinero. Te pido disculpas por no estar vestida. Sígueme..."
"No te preocupes. Vengo haciendo este trabajo desde hace un tiempo, y nada me sorprende.", respondió la chica, mientras seguía a Ivonne. Y agregó: "Cómo estás, Ivonne?"
Ella se quedó petrificada, y observó a la chica. Los jeans caídos y la camiseta varias tallas más grande, ocultaban su cuerpo. Sólo le quedaba su rostro. Y entonces se dio cuenta: "Mara?..., eres tú?"
La chica sonrió, iluminando su rostro: "La misma..."
"Por Dios. Hace años que no te veo..."
"Desde que éramos vecinos, supongo. Cómo estás?"
"Bien, por suerte. Y tú?"
"Ya me ves, repartiendo pizza. Eso lo dice todo. Pero no me quejo. “Hay que ayudar al negocio familiar”
"Me alegro por ti. Me encanta haberte visto. A propósito, que le pasó a..." La única cosa que Ivonne recordaba sobre su antigua amiga era su hermoso cabello pelirrojo.
Mara se sonrió, al tiempo que se tocaba la nuca. "Ah, mi cabello. Todos me recuerdan por eso. Me lo corté tan pronto me fui a vivir sola. Mi madre siempre me obligaba a llevarlo largo, y yo lo odiaba. Había que dedicarle mucho tiempo para mantenerlo así." Luego miró a Ivonne de arriba abajo: "Tú te ves muy bien”
"Te felicito”. Sabes?, apenas me tomó un minuto reconocerte. Debe ser el atuendo. Siempre te recuerdo como la chica inteligente que siempre se vestía..., ehmmmm, muy bien."
"Quieres decir a la antigua?"
"Y..., sí..."
Ivonne se miró a sí misma, sus piernas estaban al descubierto, y su camisa apenas tapaba su tanga: "Creo que me volví más moderna."
"Ya lo veo, me gusta tu nuevo look." Mara asomó un poco más para ver que estaban tomando unas cervezas y jugando cartas. “Hace tiempo que no juego cartas ni tomo unos tragos!”
"Bueno, puedes salirte del trabajo?. Tenemos cerveza, alcohol de sobra, y ahora, también pizza."
"Mmm, eso suena muy bien. Pero por la forma en que estás vestida, creo que a tu marido le va a caer bien que me quede..."
"Para nada, ven que te presento a los chicos. No estoy en una cita, sólo jugando cartas con mi hermano y sus compañeros de la preparatoria. Están un poco borrachos, pero son buenos chicos."
Ivonne la llevó hacia donde se encontraban los chicos, e hizo las presentaciones correspondientes. "Invité a Mara a que se quede con nosotros. Espero que no les moleste...".
En realidad, Fede y Dani no estaban muy de acuerdo con eso, ya que pensaban que una nueva persona cortaría el ambiente que se venía desarrollando, pero cortésmente ocultaron su desilusión.
Javi, por el contrario, pensó que cualquier cosa que sirviese pasa desacelerar a su hermana era buena, y de inmediato separó una silla para Mara.
Mientras se abalanzaban sobre la pizza, Ivonne les explicó a los chicos que ella y Mara habían sido amigas por mucho tiempo.
"De verdad?. Pareces más chica, Mara....", puntualizó Dani.
Mirando hacia abajo, a sus pequeñas tetas, casi imperceptibles debajo de su amplia camiseta, Mara respondió: "Es lo que siempre me dicen..."
"Perdón. No quise que sonara mal..."
"No, soy yo la que debería disculparme", dijo, mirando como las tetas de Ivonne se mostraban firmes debajo de su camisa abierta. "Me siento en inferioridad." Todos rieron con su comentario.
Luego de llamar a su trabajo y decirles que no regresaría, agregó: "Ivonne, por lo que veo estabas casi al final de perder un juego de strip póker."
"Bueno, estábamos jugando al póker, pero no strip."
"Entonces, sueles vestirte así cuando te juntas con amigos?. No es que me importe, tienes un muy bonito cuerpo..."
"Gracias. Es que andaba corta de efectivo, y tuve que vender algunas prendas." Dijo riendo
"De hecho, nos vendiste esta camisa que llevas puesta. No es justo que la estés usando de nuevo.", dijo Fede.
"Es que tenía que ponerme algo encima para ir a abrir la puerta.", respondió Ivonne, a la defensiva. "Y no está bien hablar de eso ahora, no mientras comemos..."
Mara meneaba su cabeza: "Y parecías tan delicada hace algunos años...".
Una vez que terminaron de comer, Mara tomó un vaso y tomando la botella les dijo: “Les importa si me sirvo?"
"Adelante. Todavía te va a faltar para alcanzarnos". Mientras Mara, Fede y Dani charlaban, Ivonne y su hermano limpiaban los restos de pizza de la mesa.
Cuando terminaron, Mara tomó las cartas y pregunto si podía entrar al juego.
"Seguro, nosotros empezamos con 20 pesos cada uno. Puedes hacer lo mismo.", le explicó Fede.
"Bueno, eso está bien, pero me preguntaba si sería posible que yo pueda vender algo, como hizo Ivonne?", preguntó, al tiempo que daba fin a su tequila. “Cuánto me dan por mis pantalones?"
"Diez pesos." sugirió Dani, que vio como Ivonne lo golpeaba juguetonamente en la espalda.
"Te estás aprovechando de ella, sean justos. Deberían estar contentos de que haya querido jugar..."
"Está bien, Ivonne. Creo que diez pesos por cabeza estarán bien", respondió Dani.
"Hecho.", dijo Mara. Luego de quitarse sus zapatos, y sus jeans, sonrió: "Ya ven, no estoy dejando ver tanto como esperaban, no?". Su camiseta, de gran tamaño, casi le llegaba hasta las rodillas. "Tengo vestidos más cortos que esta playera.". Javi le dio una pila de fichas.
"Bien, nena..., a eso se llama mostrar, jaja...", la animó Ivonne.
"Hey, Ivonne..., no te estás olvidando de algo?", preguntó Fede, levantando las cejas. "Tu camisa. Ya pagamos por ella antes..."
"Es cierto..., pero van a tener que aceptar un reemplazo.", dijo, y sin siquiera levantarse, se despojó de su bombacha, entregándosela a Fede. "Espero que no te moleste."
Sintiendo la calidez del cuerpo de Ivonne aún perceptible en la tela, y palpando una notoria humedad en la parte de la entrepierna de la tanga, Fede le respondió: "Ssi, creo que es justo..."
Apenas habían pasado un par de manos, cuando Mara se volvió hacia Ivonne: "En realidad, esta situación no está bien."
"Cómo es eso?", preguntó Ivonne.
"Bueno, míralo de este modo: acá tenemos a dos chicas casi desnudas, nosotras, mientras ellos están completamente vestidos. Es algo así como strip póker para tontitas." Hubo un momento de corto silencio, hasta que lo consistente de sus palabras causó la risa de los demás.
Cuando Ivonne recuperó la compostura, agregó: "Es verdad, al final me estuve comportando como una tonta todo el tiempo. Creo que es hora de cambiar las reglas."
"A mí me gustan las reglas tal como están.", comentó Javi, mientras sus amigos asentían a su lado.
"Ah, si?. Mara y yo tenemos dinero suficiente para retirarnos en este instante, y entonces el juego se habría terminado. No sería muy divertido. O..., podríamos jugar por objetivos más interesantes. Qué prefieren?"
"Qué quieres decir por "más interesantes"?", preguntó Dani, compartiendo esa misma duda con sus amigos.
"Bueno..., antes que nada, tendrían la posibilidad de tener a dos chicas completamente desnudas. Estoy segura que les encantaría comprobar si el pelirrojo de Mara es real o no..."
"Y piensen las cosas que podríamos hacer con algo de aceite para el cuerpo...", acotó Mara, siguiendo la intención de Ivonne.
"Qué clase de cosas?", preguntó Fede.
"No les gustaría ver a Ivonne pasándose aceite por esas hermosas tetas?", agregó juguetonamente. "O quizás ella y yo nos podríamos pasar el aceite entre nosotras. No estaría mal..."
"Wow..., que putita...", la incitó Ivonne.
Mara se acercó a ella, susurrándole al oído: "Los tipos se vuelven locos con sólo pensar en dos chicas jugando entre ellas...".
"No sé ellos, pero a mi ya me convencieron. Empecemos a jugar...", se sinceró Dani.
"No vayamos tan rápido.", interrumpió Fede con su mano en alto. "Estás dejando que tu calentura piense por ti. Ella está hablando de lo que podríamos llegar a ver, y enfatizo el "podríamos", si es que ganamos mucho. También podríamos perder”.
Las chicas no pudieron contener las carcajadas al ver los rostros de los tres chicos. Ivonne les dijo que no se preocuparan. "Vayamos al cuarto de juegos, donde hay más espacio, y podemos sentarnos mas a gusto. Ya me cansé de estar sentada en esta mesa..."
El cuarto de juegos era amplio, casi ocupando la mayor parte del sótano. Había una mesa de pool, también un piso acolchonado para hacer ejercicio. Contra una de las paredes, había un home theater completo de última generación, con una pantalla de plasma de 50 pulgadas y el equipo de sonido.
"Wow, esto es impresionante...", exclamó Mara, sintiendo el suave y fino material del piso acariciando sus pies descalzos. Fede y Dani estaban igualmente impactados por la habitación.
"Si. A mamá le encanta ejercitarse, tiene todos los videos para copiar los ejercicios y mantenerse en forma. Yo la acompaño cuando estoy en casa. Y mi papá juega al pool con sus amigos una vez a la semana.", les dijo Ivonne, mientras se sentaba sobre el piso acolchonado, con las piernas cruzadas, pero cuidadosamente enganchando el borde de su camisa entre sus piernas. "Vengan. Siéntense, pónganse cómodos. Pueden tomar algunos almohadones si quieren. Este es un lugar perfecto para ver la televisión. Pásame el control remoto, voy a ver qué están dando..."
Mientras el resto de los chicos se iban instalando, Ivonne comenzó a cambiar los canales, hasta encontrar una película barata, que mostraba a algunas chicas con poca ropa, siendo perseguidas en un centro vacacional por un grupo de chicos jóvenes.
"Esto está perfecto, la película ideal para ustedes, chicos...". Puso el volumen de la TV en mudo, y oprimiendo algunos botones, la habitación se inundó con música jazz muy suave. "Espero que no les moleste, pero me fascina esta música. Cambiando el tema, quién trajo las cartas?"
"Más importante aún..., quién trajo el aceite?", preguntó Dani sonriendo.
Para su sorpresa, Ivonne se puso de pie, fue hasta su recamara, y regresó con una botella de plástico, dándosela a Dani. "Aquí tienes. Mamá guarda estas cosas en su baño. Ahora sólo tienen que ganar varias manos, para ver si tienen oportunidad de usarla."
"Perfecto, estoy impaciente."
"No te ilusiones demasiado, amigo.", le aclaró Fede. "Realmente estás pensando qué eso puede suceder?"
"Por qué no?. Acaso pensaste que nuestro juego de cartas iba a ser como fue?"
"Tienes razón.", reconoció Fede.
Ivonne estiró sus piernas hacia delante: "Sólo para demostrarte que no miento, Fede, tomemos tu y yo una carta cada uno. Si sacas la más alta, te permito que me pases aceite por mis piernas."
"En serio?", preguntó desbocado.
"En serio. Pero primero tienes que quitarte los jeans." Tan pronto lo hizo, Ivonne sacó una carta, un 4. "Ufff..., me parece que vas a tener suerte."
Fede sonrió ilusionado, y sacó una Jota: "Siiiiii!". Luego, se dio vuelta, mirando a Javi: - "Tu estás de acuerdo con esto, no? Después de todo, es tu hermana."
Javi tomó un trago: "Ella es mayor de edad, y siempre hizo lo que quiso. Dudo que vaya a prestar atención a lo que yo piense justo ahora."
Continuará...
Besitos
Dra. Tentación
Fotos: inthecrack.com
Imágenes de carácter ilustrativo y propiedad de sus creadores originales.















Comentarios
Publicar un comentario