Día del padre, en privado. 3
- Bueno, no me dejas nada. Espero entonces, cuídate preciosa. Espero tu mensaje. Beso… dijo colgando la llamada.
No podía dar más largas al asunto, pero que haría? No se me ocurría nada todavía?
- Piensa, piensa… me repetía a mi misma.
Pasaban los minutos, las horas y nada venía a mi mente. No que no me incitara estar de nuevo con mi papi y celebrarlo de manera muy especial. Sabía bien que es lo que iba a pasar, íbamos a tener un sexo delicioso, pero la intención era darle un toque diferente, especial.
Salí a buscar algo para comer, iba caminando por la calle viendo el entorno, pensando. Pase por una sucursal bancaria, por una tienda, por una boutique, por un gimnasio… un gimnasio!!!
- Claro, como no lo había pensado!!!
La idea había llegado a mi cabeza. Invitaría a Roberto a una sesión privada de ejercicio. El sabe que me gusta hacer algunos ejercicios y algo de gimnasia por las mañanas. Me gusta mantenerme en buena forma.
Tomé mi celular y le mande un mensaje:
… Nos vemos el jueves a las 9:00 hrs. Trae tu ropa de gimnasio. Vamos a ir a hacer algo de ejercicio. Besitos.
Unos minutos después recibo la respuesta:
… Me vas a poner a hacer ejercicio?, que no íbamos a tener nuestra mañana juntos?
… Sí papito, pero quiero que veas un nuevo gimnasio. Te lo compensaré, lo prometo.
… Está bien, te acompaño. Pero no creas que se me olvida mi sorpresa eh! Sigo esperando que me digas que será?
… Gracias papito, nos vemos el jueves temprano. Pasas por mi.
Todo estaba listo, el plan estaba en marcha. Roberto vendría a casa a verme hacer una sesión de ejercicio muy especial solo para él.
Así llegó el ansiado jueves, día de la sorpresa a mi querido padre. Ya me había estado preparando. Busque en internet algunos videos de ejercicio. No me quería limitar a hacer las rutinas de spinning y abdominales que hago normalmente, iba a ponerle algo más a la sesión. Preparé algunos vestuarios y los dejé listos sobre mi cama. En la sala de TV, quité la mesa de centro para que no estorbara y tuviera suficiente espacio. Acomodé el sillón, quitando algunos cojines. En la laptop ya tenia los videos que había bajado de internet, una serie de los 80´s llamada Aerobicise, donde aparecen varias chicas haciendo movimientos muy sensuales sobre un fondo blanco (búsquenlos en YouTube, les gustarán! =) Serían la perfecta guía para mi sesión del día. En la cocina ya estaba lista una jarra de jugo de naranja y en el refrigerador una botella de champagne. La ocasión era propicia para unas mimosas!
Todo estaba listo, ahora solo me faltaba un buen baño. Me desnudé y entre al cuarto de baño. En el espejo que hay de piso a techo, revisé detenidamente que no hubiera algún pelito indeseado en mi conchita. Ya estaba cachonda, cuando me revisaba noté mis labios algo hinchados y mi clítoris comenzando a buscar salida de su capullo.
Entré a la regadera para bajar un poco la calentura, no quería adelantarme. La sensación que sentía era excitante y deliciosa. Saliendo del baño, sequé mi cuerpo con la toalla. Tomé un delicado aceite y lo aplique sobre mi cuerpo, dando especial atención a mis bubis y mis pezones, haciendo que se pusieran duros de inmediato; y a mi entrepierna, dejándola humectada y lista para lo que venía.
Eran pasadas las 8:30. Seguramente Roberto ya vendría en camino. Era momento de darle las instrucciones a seguir. Tomé mi celular y le mandé un mensaje:
… Papito, buenos días. Estoy algo retrasada, por favor cuando llegues estaciónate y pasa. No te quiero dejar esperando afuera. Besitos!
… Güera!!! No puede ser, no tardo en llegar. Ahora te veo.
Perfecto!, entraría a casa con el juego de llaves que tiene. Esperaría en la cocina, donde siempre lo hace. Le he dicho que entre sin pena, pero siempre argumenta respetar mucho mi privacidad y no lo hace hasta que estoy con él.
Mientras yo comencé a ponerme el primer vestuario que tenía preparado. Un leotardo para gimnasia de color blanco, de corte francés alto en la pierna. Por atrás, una delgada línea de tela tipo tanga. Al frente, cubría mi pecho hasta el cuello; pero por atrás tenía toda la espalda descubierta. Me puse unas pantimedias color natural muy delgadas, sin ropa interior por supuesto. Después el leotardo encima. Era bastante pequeño, por lo que se estiraba y ajustaba a cada centímetro de mi cuerpo. Se clavaba en la raja de mis nalgas muy sugerentemente. Ahora unos calentadores en mis tobillos y unos zapatos de tacón con hebilla. Me vía igual que las chicas del video.
Arreglé mi cabello sujetándolo en una colita de caballo. Algo de maquillaje y por supuesto su perfume favorito. Una bata larga de satín para cubrir la sorpresa.
Al poco tiempo, escuche abrir la puerta…
- Güera!!!, ya estoy aquí, apúrate!, decía ansioso mi padre.
- Papi, que bueno que llegaste. No tardo mucho. Quieres que te diga cual es tu sorpresa?... grité desde el piso de arriba.
- Claro mi amor, ya era hora de que me dijeras! Me tienes esperando desde el Lunes… contestó.
- Pues entonces te voy a pedir un favor. Toma el jugo de naranja, saca una botella de champagne del refrigerador y sube a verla!...
- Ivonne, es en serio? Mimosas y todo?...
- Si papito, tu celebración del día del padre lo amerita! Ya tengo copas acá arriba…
- OK, ok!!!...
- Ponte cómodo en la sala de TV… le indiqué.
No pasó un minuto cuando escuché los pasos de Roberto subiendo por la escalera y entrando al cuarto de TV. Di un segundo pensando en se acomodara y salí de mi habitación. Asomé la cabeza por la puerta y le dije:
- Estás listo?...
- Claro que si mi vida, listo!...
Entre al cuarto de TV, me acerqué a él, lo abracé y le di un gran beso. Nos fundimos en un sensual beso francés. Su lengua parecía querer devorarme, al tiempo que sus manos bajaban por mi espalda hasta tocar mi trasero.
- Que rico papito!, ahora ponte cómodo. Sabes que no perdono un día sin hacer ejercicio, y hoy no será la excepción. Así que haré ejercicio para ti. He preparado una rutina muy especial y quiero que la disfrutes.
- Me encanta la idea preciosa… dijo entusiasmado mientras se sentaba en el sillón y se ponía cómodo.
Puse “play” al video en la laptop y comenzó a proyectarse en la pantalla de TV a mis espaldas. Di un paso hacía atrás y frente a mi padre, lentamente deshice el nudo de la bata de satín, dejándola caer al piso. Sensualmente di una vuelta hacia a un lado y el otro, modelando mi vestuario…
- Te gusta papi? Quieres que haga ejercicio para ti? Quieres verme?... pregunté con voz delicada y aniñada.
- Claro hermosa, te ves espectacular! Mejor que las que salen en ese video…
- Pues entonces vamos a iniciar… le dije.
Dando la espalda a Roberto, me agache para levantar la bata; dándole una buena vista de mis nalgas y mis piernas. Sentía como se me clavaban en la raja el leotardo y las medias. La aventé al sillón y comencé a hacer algunos estiramientos siguiendo los movimientos que hacían las chicas en el video.
Primero los brazos hacía arriba, separando las piernas un poco. Flexionando las rodillas y volviendo hacia la posición original. Daba vuelta y lo volvía a hacer ahora de frente a mi papi. El me vía con grandes ojos, disfrutando de la vista…
- Estírate bien güera, no quiero que te vayas a lastimar…
- Así papi?... decía yo mientras hacía una flexión hacia abajo con las piernas separadas, haciendo notar mi entrepierna.
- Si preciosa, estírate bien!, separa bien las piernas… me indicaba.
Así seguí inclinándome hacía adelante, estirando mis brazos, haciendo flexiones, moviendo el torso. Trataba de seguir los ejercicios que veía en la pantalla. Roberto perdía vista de mis evoluciones; al tiempo que también seguía disimuladamente los cuerpos de las chicas que aparecían en pantalla.
- Creo que ya es suficiente de esta primera parte!... dije mientras me reponía y con mis manos liberaba un poco la tensión del leotardo en mi entrepierna, sacándola de lo clavado que lo tenía.
- Cómo? Ya acabaste tu rutina?... me preguntó con cara de asombro.
- Claro que no, apenas vamos empezando papi. Por favor sírveme una mimosa en lo que me cambio para la segunda parte…
- Perfecto, esa es una buena idea… dijo mientras se levantaba acomodando discretamente su miembro bajo el pantalón de sus pants deportivos.
- No tardo, mientras sigue viendo el video para que no te aburras, jijiji!... le dije.
- Así lo haré preciosa, no tardes que ya sirvo las mimosas!
Tomé la bata y me dirigí a mi habitación. Era tiempo del segundo vestuario. Me quité los tacones, el leotardo, y las medias; no sorprendiéndome ya estaban ligeramente mojadas de mis jugos. Di una breve caricia a mi sexo, solo para aliviarlo del apretado encierro. Mi humedad era palpable, cosa que me encanta.
El segundo cambio consistía en un traje de baño completo, muy delgado; de los que llaman “transparentes cuando se mojan”. Ideal para que mi sudor ayudara a exhibir mi cuerpo ardiente. Por atrás también era tipo tanga, solo sujeto por un par de tiras. Frente completo con un buen escote bajo los brazos, lo que permitía se vieran un poco los lados de mis senos. Mis pezones se marcaba y transparentaban un poco bajo la tela. Me calcé unas zapatillas delgadas transparentes, altas, muy altas que Roberto me regaló. Lo excita mucho verme en ellas, ya un par de ocasiones se ha venido sobre mis pies y manchándolas por completo. Acomodé bien el traje de baño sobre mi concha, tomé un atomizador con agua que ya tenía a la mano y salí caminando con gran garbo. Mis pisadas en tacones se escuchaban rítmicas y seductoras…
- Estás listo para seguir papi?...
- Por supuesto mi vida, aquí esta tu copa, brindemos por lo preciosa y cachonda que eres! Que buena sorpresa, creo que no volveré a ver el ejercicio de la misma manera, jajajaja!...
- Pues salud papito, por ti y por tu sorpresa!...
Bebimos un par de sorbos a nuestra copas. Se acomodó de nuevo en el sillón y se dispuso a seguir observándome. Cambie el video por una segunda parte. Di un paso para atrás y me puse de rodillas en el tapete tal y como lo hacían esas chicas.
Separaban y juntaban las piernas abriendo mucho el compás. Así lo hice, abriendo lo más que podía y aventando la pelvis hacia adelante para que Roberto pudiera ver bien. Su mirada se clavaba en mi conchita.
Cambié de posición, ahora veía yo de frente a la TV y daba la vista de mis nalgas a mi papi. Estando en cuatro, el movimiento era levantar la pierna hacia los lados. Comencé a hacerlo intentando parar mis nalgas lo más posible arqueando mi espalda. Por momentos incluso me recargué sobre mis antebrazos para dar la la mejor vista…
- Preciosa, te ves increíble! Me encantan tus nalgas mi amor!... decía mi padre.
- Te gustan papito? Así te gusto? Así te gusta verme papi?...
- Me encanta güera, me fascinas….
La siguiente posición era recostada boca arriba. Se trataba flexionar la pierna acercándola lo más que se pudiera al pecho ayudándose con los brazos a sostenerla.
- Me quieres ayudar papi, no se si pueda hacerlo sola?... le dije con voz de niña mimada.
- Claro que si mi vida, yo te ayudo…
- Ponte aquí hincado junto a mi y me ayudas con mi pierna, te parece?... Le dije mientras la levantaba ofreciéndole que la tomara.
Se hincó junto a mi, tomó mi pierna por el tobillo y la flexionó suavemente. Después comenzó a hacer presión sobre ella tratando de hacer que mi muslo tocara mi pecho.
- Despacio papi, no me vayas a lastimar…
- Claro que no preciosa, tu me dices si te duele…
- No, así esta bien, me gusta como se siente… me estas estirando muy rico papito.
- Me encanta hacerlo preciosa, ahora la otra pierna… me dijo mientras me ayudaba a bajar la derecha y me tomaba por el tobillo izquierdo, repitiendo el movimiento.
- Que rico se siente, hasta me está dando calorcito, jiji…
- Pues no se hable más, si quieres te ayudo a quitar el traje de baño para que estés más fresca!...
- Claro que no!!! Si todavía no acabamos con los ejercicios… Mejor échame un poquito de agua con el atomizador que dejé en el sillón… le indiqué.
Sé levantó y fue a buscar el atomizador. Yo mantenía mi pierna arriba sostenida por mis brazos. Al acercarse de vuelta, baje la pierna quedando acostada en pose sensual, con los brazos abiertos y la piernas cruzadas.
- Aquí está güera, donde quieres que te ponga agüita?
- En todos lados papito, donde tu quieras. Tengo calor en todos lados… le dije invitándolo a comenzar.
Comenzó a disparar sobre mi cuello y mis hombros, notando como al caer algunas gotas sobre mi pecho, el efecto del traje de baño salía a la luz, se hacía totalmente transparente.
- Podemos mojar el traje de baño güera? Puedo?... me decía mirando fijamente mi tetas que ya marcaban los pezones excitados.
- No se que esperas papi, mójalo por favor!... le dije arqueando mi espalda un poco, haciendo que mis senos quedarán listos para recibir el agua.
Disparaba sin parar, la tela del traje de baño se iba mojando y cada vez se transparentaban más mis tetas. Mis pezones reaccionaron a lo frio del agua, quedando totalmente erectos y duros, parecía iban a romper la tela. Siguió bajando hacia mi vientre, la tela absorbía de inmediato el agua y dejaba mi piel erizada por el frio. La sensación era espectacular, mi piel erizada y Roberto disfrutando viéndome como me ponía a cada disparo.
- También aquí te voy a echar mamita, esta bien?... dijo señalando mi entrepierna…
- Claro que si, ahí también tengo muy caliente!... le dije mientras flexionaba y separaba mis piernas un poco para dejarle un mejor paso.
- Que rica la tienes preciosa, me encanta tu conchita Ivonne… decía mientras me mojaba por completo…
- Te gusta papito?, que rico que me lo digas? Si te portas bien te la puedo prestar un ratito, jijiji!...
- Si, y que tengo que hacer güera?, dime…
- Siento que necesito seguir estirándome, no hemos acabado con los ejercicios, me quieres seguir ayudando?...
- Claro que si hermosa… dijo dejando a un lado el bote atomizador.
Me separo las piernas para poder hincarse en medio de ellas. Me tomó por los tobillos y me las levantó suavemente, dejando mis pies y zapatillas a la altura de su cara. Los acercaba como por descuido a su nariz intentado capturar mi aroma, besándolos de manera tímida por algunos momentos.
- Vamos a estirar las dos piernas juntas ahora… dijo mientras me las flexionaba y separa poco a poco.
Me tenía con las piernas abiertas, a horcajadas sobre mi espalda. Sentía como mi rajita se abría mientras recibía la presión que más que dolerme me hacía desear que me la metiera ahí mismo. Se acercaba cada vez más, tratando de rosar su miembro erecto bajo los pants, contra mi conchita casi expuesta.
- Que rico siento papito, que rico, ahhhh! Ahhhh!.. en verdad me estas estirando al máximo, eso quieres papito, quieres verme así abierta para ti?, quieres???...
- Si Ivonne, te quiero ver así bien abierta y caliente. Estas deliciosa mi vida…
Poco a poco fue soltando la presión y bajó mis piernas lentamente al piso. Aprovechamos para levantarnos y tomar otro sorbo de nuestras mimosas. Estaba acabando la mía sintiendo la mirada de Roberto en todo mi cuerpo.
- No puedo dejar de verte Ivonne, me encantas preciosa, estas deliciosa mi vida… me dijo.
- Gracias guapo, que tiene emocionada que te guste tu sorpresa.. Le dije mientras me contoneaba un poco mostrando mis curvas y daba una vuelta modelando para él con mi copa en la mano.
- Por favor sírveme otra mimosa y prepárate para la última parte de los ejercicios… le pedí.
- Por supuesto, no faltaba más. Me pondré yo también más cómodo, que el calor ya empezó a subir con tanto ejercicio, jajajaja!...
- Pues no se que estas esperando papito, ponte cómodo y espera un segundo, ya vuelvo…
Continuará...
Besitos
Dra. Tentación
Fotos: mc-nudes.com
Imágenes de carácter ilustrativo y propiedad de sus creadores originales.
















Comentarios
Publicar un comentario