Buenas notas buenas recompensas. 2
Pasaron los siguientes tres meses; para mi fue una eternidad, me dedique a estudiar frenéticamente para ganar mi recompensa. Me convertí en el estudiante mas aplicado de mi clase, y no dejaba de estudiar ni en los ratos libres. Finalmente aprobé mis exámenes de primer trimestre con notas increíblemente mejores a las del año anterior; prácticamente era un milagro. Y entonces llego la hora de que Ivonne cumpliera con la primera parte de su promesa.
No tuve que recordárselo. Ella me pidió que fuera a su habitación, y cerro con llave después que yo entre. Llevaba puesta una bonita bata corta satinada, como las que usan las mujeres en un spa antes de meterse al sauna o antes de recibir un masaje; y tenía puestas unas zapatillas de tacón medio alto, haciendo ver sus pies y piernas aún más sensuales.
-Muy bien Javi, te luciste este trimestre- dijo con sonrisa picara- imagino que quieres que cumpla lo que te prometí, ¿no?
-Si- dije nervioso.
-Bueno, vamos a cumplir pues.
Se desato el cordón amarrado a su cintura que sujetaba la bata para que no se abriera. Entonces abrió la bata y se la quito; llevaba puesto un sexy conjunto de ropa interior de color blanco. La tanga eran diminuta, tipo hilo dental; y el brassiere de encaje transparente levantaba sus pechos haciéndolos ver aun más tentadores. Enseguida sentí como mi verga se ponía dura.
-¿Cómo quieres que lo hagamos Javi?, ¿me quito el brassiere frente a ti o me lo quito de espalda a ti y luego me doy la vuelta?
-Prefiero de espalda y que te des la vuelta luego.
-Lo quieres ya.
-Si.
Ella se dio la vuelta y lentamente se desabrocho el brassiere por detrás. Luego se lo saco con calma y lo puso en un mueble; mi corazón se acelero y la excitación recorrió mi cuerpo. Ella se dio la vuelta cubriéndose los senos con las manos.
-Cuando tú quieras Javi, tú me dices.
-Si, ya.
Ella retiro las manos lentamente y dejo a la vista el espectáculo de sus hermosos senos. ¡Que Par de Tetas!; eran unas tetas magnificas, grandes y bien formadas, levantadas y duras. Sus pezones eran una invitación irresistible a lamerlos y morderlos, se me hacia agua a la boca de ver aquellas bellísimas tetas. Deseaba acercarme y tocar aquellos melones, lamer y chupar ese par de delicias. Pero sabía que solo podía verlas, pero eso era más de lo que habría esperado unos meses antes.
-¿Y que tal?, ¿tu hermana tiene buenas "tetitas"?, ¿son bonitas o feas?, ¿son como tú esperabas?
-Son….están….bellísimas Ivonne, son mucho más hermosas de lo que yo había pensado.
-¡Vaya!, ¡Gracias, me siento halagada!- dijo ella feliz y un poco ruborizada.
Yo veía sus tetas con excitación y en un incomodo silencio. Ella fue la que rompió el hielo.
-Bueno, si me vas a ver, al menos vamos a sentarnos y a hablar.
Ella se sentó en la cama y yo en una silla frente a ella. Hablamos mucho, durante un rato largo. Lo hacíamos con naturalidad, como una charla normal, a excepción del detalle de que ella estaba con los pechos al aire, semidesnuda. Me hablo de su corta carrera como modelo adolescente, y de cómo aprendió a dominar el pudor cuando hacía desfiles en traje de baño o lencería. Yo hablaba también animado, pero prefería escucharla a ella mientras gozaba con morbo de sus esplendidas tetas. Luego ella se puso la bata otra vez, y me dijo:
-Bueno mi amor, como lo prometido es deuda volveremos a hablar con mis bubis al aire en otras ocasiones. Ahora estudia más para ganarte los siguientes premios. Ciao- me dijo mientras me daba un beso en la mejilla.
En los meses siguientes disfrute de otros momentos en que ella me enseñaba las tetas mientras hablábamos en privado, poco a poco fui conociendo mucha de su fina lencería y cada centímetro de sus gloriosos senos; al tiempo que yo estudiaba con mas ahínco para tener derecho a ver la siguiente parte de su anatomía. Lo que mi hermana hacia conmigo era tan increíble que yo me preguntaba cuales serian sus verdaderas intenciones, o si sencillamente estaría loca. Lo que fuera a mi no me importaba tanto como el hecho de que la mujer de mis sueños, la chica de mis fantasías sexuales adolescentes, la hembra mas caliente que conocía (cuyo "único" defecto era ser mi hermana); me estaba provocando y desnudándose ante mis morbosos ojos para que me la gozara. Después de semanas que fueron siglos para mi, cumplí la segunda parte de mi reto al aprobar con magnificas calificaciones mis segundos parciales. Ivonne se reía con satisfacción y picardía al leer mis calificaciones, consciente de que todo era obra de su extraña forma de estimular a su hermanito.
Una tarde me dijo que me iba a dar mi premio correspondiente. . En el pasillo afuera de su cuarto ella me dijo que iba a entrar a su habitación y que yo me quedara afuera, justo detrás de la puerta cerrada; cuando ella me avisara, yo debía abrir la puerta, entrar rápido a la habitación y cerrar la puerta detrás de mí para que nadie nos fuera a sorprender. Espere impaciente, con mi corazón latiendo deprisa y queriendo saber que se le había ocurrido ahora.
-Javi, ya puedes entrar- me dijo en voz alta para que pudiera escuchar a través de la puerta de madera.
Nervioso, di vuelta a la perrilla y abrí la puerta. Entre rápido y cerré la puerta, poniendo el seguro para que no la abrieran por fuera. Y entonces vi que colgadas de la perrilla estaba una tanga roja diminuta, obviamente de Ivonne. Mi verga se puso dura y erecta, y me di la vuelta para ver a mi hermana.
Ella estaba acostada boca abajo en la cama, ¡Completamente desnuda!
Me acerque para verla mejor; como estaba boca abajo y con las piernas cerradas no podía ver su concha, pero si podía ver su hermoso culo sin ni siquiera un hilo que lo tapara. Aunque ya yo había disfrutado de la vista de sus ricas nalgas en los pequeños bikinis de hilo que ella usaba en la alberca, ahora podía ver la raja de aquel enorme culo sin un hilo dentro de el que disimule su desnudez.
Su culo era paradito y muy bien formado; un par de ricas nalgas con aquella sabrosa rajita de por medio. Sus amigas siempre decían que ella debía hacer muchos ejercicios para los glúteos para tener una cola como esa, tan levantada y perfecta. Yo estaba al 100 viendo ese culo, queriendo pellizcar y acariciar sus nalgas y abrir su raja para ver su esplendido agujero….Pero debía conformarme con ver.
-¿Qué tal?, ¿Te gustan mis nalguitas, cariño?, bueno algo ya habías visto en la playa y la alberca.
-¡Increíble!, ¡Tienes un trasero de campeonato!
-¡JA, JA, JA! ¿De verdad?, me halagas, es bueno saber que lo tengo bonito todavía.
-¿Bonito?, ¡Esta buenísimo!
Los dos reímos un poco.
-Javi, puedes sentarte en el borde de la cama para que veas mas de cerca. Puedes ver todo lo que quieras, pero ya sabes, nada de tocar. Hablemos un ratito así, con mi pompi al aire.
Me senté al lado y tenía su cuerpo desnudo a solo unos centímetros de mí. Hubiera podido tratar de voltearla a la fuerza para ver su cuca de una vez, pero prefería seguir su juego y disfrutar el momento, recreando mi vista en su culo y en su espalda. En ese momento yo había olvidado por completo que aquel mujerón era mi hermana, yo lo único que veía era un cuerpo que me excitaba al máximo y al que yo hubiera querido cogerme sin duda ni remordimiento; ahora estaba mas loco y obsesionado que nunca.
Ivonne hablaba y se reía como si fuera la cosa más normal del mundo, y bromeaba por lo que estábamos haciendo; pero ella sabía muy bien lo que yo pensaba y deseaba en ese momento, pero no le importaba y yo diría que hasta le gustaba. Me estaba dando cuenta que a ella también le gustaba aquel juego erótico, que disfrutaba siendo la hembra que calentaba al macho provocándolo para después dejarlo con hambre; aunque aquel macho fuera un niño y además fuera su propio hermano. Pero a ella le excitaba ser deseada, ser devorada con los ojos, ser poseída mentalmente frente a ella misma.
Una vez mas nuestro rato de diversión termino, y ella me hizo salir de la habitación sin ella moverse o pararse de la cama en ningún momento. Luego se repetirían los ratos en que ella me mostraba sus tetas y a veces su culo; mientras yo seguía estudiando como loco para aprobar el año con honores y así poder gozar de la vista de su cuerpo entero, de aquella concita que era lo que me faltaba por ver. Habían pasado 9 meses desde que ella me planteo su reto, y yo estaba a punto de lograrlo; finalmente llegaron los resultados de los exámenes finales y la victoria fue mía, había aprobado con calificaciones sobresalientes. Ahora debía cobrar.
Mi hermana estaba radiante y feliz, ella y yo intercambiamos miradas de complicidad y sonrisas picaras mientras otras personas (especialmente mi padre) me felicitaban efusivamente. Mi padre me prometió buenos regalos, sin conocer el regalo que yo tenia en mente.
El día de mi recompensa mi hermana se quedo en mi casa, vino a mi habitación con su bata satinada y sus zapatillas altas, y nos encerramos ahí.
-¿Quieres tu regalo o me vas a perdonar para que yo no tenga que pasar por esta vergüenza?- dijo en tono de broma, con sonrisa seductora.
-No, si lo quiero- dije, y nos reímos los dos.
Se quito la bata como lo hizo la primera vez que me enseño las tetas; entonces vi que llevaba puesto un muy sexy conjunto de ropa interior de color negro. Ella se dio la vuelta como toda una modelo para que yo pudiera admirar todo el conjunto: brassiere semitransparente que resaltaban la figura y el volumen de sus pechos; y una microscópica tanga de hilo dental, con un pequeñito trozo de tela que apenas cubría su sexo por delante, y un hilo por detrás que era "invisible" literalmente, porque desaparecía hundido en el profundo interior de la raja de su culo.
Yo me quede boca abierto al ver ese monumento, y ella reía satisfecha.
-¿Te gusta?, lo compre para la ocasión, nadie me lo ha visto puesto. No todos los días mi hermanito ve por primera vez desnuda a una mujer en vivo, y menos si esa mujer soy yo. Ahora siéntate y disfruta el espectáculo, cariño.
Me senté en mi cama, excitado como nunca en mi vida hasta ese momento. Ella se desabrocho el brassiere y se lo quito en frente de mí, liberando una vez mas aquellas redondas y hermosas tetas. Con la mano le dio vueltas en el aire al bra para terminar arrojándomelo en la cara mientras los dos reíamos.
-¿Qué opinas, soy una buena striper?- dijo con su bella y traviesa sonrisa.
-¡Eres la mejor!
Luego empezó a bailar sensualmente, imitando a una bailarina nudista. En un momento se inclino ante mí haciendo con la boca como si fuera a darme un beso; sus tetas colgaban en el aire y se movían, ¡yo estaba a mil!
-Bueno, ya basta de payasadas- dijo mi hermana- ¿Cómo quieres que lo haga Javi?
-Yo…yo quiero que te des la vuelta y…te quites las…las pantaletas de espaldas a mi, y luego te das la vuelta tapándote el…el "conejito" con las manos, hasta que yo te pida que las quites.
-Vaya, imagino que habrás pensado mucho en este momento ¿no?; ¿estas listo?
-Si.
Ella se dio la vuelta y tomando los finos hilos laterales de sus minúsculas pantaletas comenzó a bajárselas; todo mi cuerpo estaba temblando de la emoción al tiempo que la veía hacer. Ella se las bajo con lentitud y destreza; el finísimo hilo de la parte de atrás de las bragas fue liberado de la "prisión" en que estaba dentro de la raja del culo de ella. Ella se inclino levemente hacia delante sacando mas su culo hacia atrás, hacia mi que me volvía loco de verlo; luego levanto su pie derecho para sacarse la tanga por ese lado, y luego lo hizo por el izquierdo. Tomo su prenda intima y la arrojo a un lado, sobre un mueble. Ya estaba desnuda y mi corazón latía como loco.
-¿Me volteo ya?
-Si, por favor.
Se dio la vuelta lentamente; como le había pedido se tapaba la concha con las manos. Yo casi explotaba, mi verga levantaba mi short y a mi ya no me importaba, me tocaba sobre el pantalón. Ella tenía la cara seria, parecía un poco nerviosa y tensa.
-Por favor, quítate las manos- dije tragando saliva.
Ella retiro despacito sus manos y por fin pude ver su hermosa concha, su sabroso sexo con el que yo tanto había. Yo no quitaba la vista de esa deliciosa linea de bello púbico, aquellos finos y escasos pelos que cubrían la rajita de su concha; estaba depilada pero no totalmente rasurada, y al ver aquella vulva solo me venían a la mente pensamientos obscenos, deseos de hundir mis dedos, mi lengua y mi verga en aquella rajita…
-Eres la mujer más hermosa del mundo, tienes un cuerpo de diosa- dije rompiendo el incomodo silencio.
-¿Tú crees?- me dijo, con los ojos húmedos y brillantes, sonrisa nerviosa, y evidente excitación.
-Si, te lo juro, eres la mujer más bella que conozco.
-¡Gracias!, ¿valió entonces la pena tu esfuerzo?
-Si, claro que si.
-Sabes, tú te lo merece por todo tu esfuerzo. Nunca antes nadie tan joven como tú me había visto desnuda.
-Entonces es un privilegio y un honor para mí. Te lo agradezco.
-¿Quieres que modele para ti?
Y empezó a caminar por la habitación como en un desfile, caminaba sensualmente contoneando su cuerpo y haciendo pausas para hacer lucir cada parte. Nos reíamos pero eso no disipaba la tensión sexual que había en el aire, y mi erección parecía que iba a reventar el pantalón corto al verla contoneándose desnuda por todo mi cuarto, viendo sus tetas brincar, sus nalgas subir y bajar y su sabrosa conchita al descubierto.
-Javi, quiero pedirte algo, y no digas que no.
-¿Qué…?-dije a punto de infarto.
-Es que no quiero ser la única desnuda, no me malinterpretes pero quítate la ropa tú también.
-No, pero es que yo…
-Vamos, no te de pena. Yo se que lo tienes parado, y es normal mi amor; de verdad no me importa. Solo que yo compartí mi desnudez contigo, y quisiera que tu lo hagas conmigo. No quiero ser la única.
Sin protestar me quite la playera, el short y los calzoncillos. Ella me veía con una sonrisa nerviosa, contemplando asombrada mi cuerpo y en especial mi verga erecta.
Luego nos vimos en silencio el uno al otro; yo con mi respiración agitada, y ella sonrojada y con sonrisa torpe.
-Javi- me dijo- quédate parado allí, por favor.
Ella se acostó boca arriba en mi cama, y abrió totalmente las piernas.
-Javi, mastúrbate. Tócate mi vida, vas a explotar.
-¿¡QUE!?
-Hazlo, mi amor. No te preocupes por mí. Tienes que desahogarte o vas a reventar. Mastúrbate ahí parado donde estas.
Sin poder contenerme, hice lo que me dijo. Veía fijamente su cuerpo mientras ella se acariciaba lascivamente; en instantes salió toda la leche de mi verga.
Ella se puso de pie y pasó cerca de mí, apenas a centímetros. Luego busco su bata y se la puso, recogió su ropa interior y la puso en un bolsillo de la bata. Se acerco y me beso en la mejilla.
-Nunca olvidare este día, también fue especial para mi -dijo mientras sonreía pícaramente.
Se dirigió a la puerta del cuarto, cuando yo hable…
-¿Este no es el final verdad?, aunque ya no hay retos, ¿esta confianza seguirá entre nosotros Ivonne?-dije.
-Claro, siempre necesitaras algún estimulo, ¿no?- dijo sonriendo y se fue de mi cuarto.
Lo que yo no sabia en ese momento es que nuestra aventura apenas comenzaba…..
Continuará...
Besitos
Dra. Tentación
Fotos: inthecrack.com
Imágenes solo de carácter ilustrativo y propiedad de sus creadores originales.















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