Buenas notas, buenas recompensas
Ivonne siempre fue una mujer bellísima; hija de una familia de clase media alta, desde niña trabajo en comerciales de televisión y en algunas campañas publicitarias de productos para niños. Cuando creció hizo estudios de modelaje, y ya de adolescente se destacaba como una teen-model y edecán muy exitosa y solicitada. Incluso incursionó en la actuación con un personaje breve en una serie juvenil de televisión.
El caso es que mi hermana decidió alejarse de ese mundo y dedicarse a la publicidad y mercadotecnia. Mi hermana renunció a su gratificante, bien remunerada y algo alocada vida como edecán y modelo para dedicarse a su carrera.
Cuando ocurrió lo que voy a relatarles, Ivonne tenía 37 años y yo tenia 18 años. Aunque mi hermana tenia 37 en realidad aparentaba mucho menos; las personas cuando la conocían juraban que no tenía más de 30 años de edad, y se sorprendían muchísimo cuando ella (sin prejuicio alguno) les decía que tenía 37, y simplemente no podían creer que tuviera un hermano de mi edad. ¿Se preguntan como es eso? Pues nada, la versión corta; somos 4 hermanos, todos de la misma madre pero de diferente padre, bueno; mi padre es quien ha estado con nosotros siempre. Yo no tengo la culpa, pregúntenle a mi mamá. El caso es que yo siendo el más chico, ella me lleva poco menos de 19 años. Podría ser su hijo, si, pero para mi fortuna no lo soy.
Y es que ella es una verdadera belleza. Tiene un cuerpo escultural; sus senos eran relativamente grandes (ya pasados por las manos de un cirujano plástico y pagados por su ex marido). Están levantados y respingones, redonditos y duros, con los pezones color café claro siempre apuntando hacia arriba; su trasero es simplemente magnifico, paradito y bien formado; sus piernas son esbeltas y bellísimas; y su cuerpo es el de una mujer delgada, en su justo punto (¡sus medidas son 91-62-93!). Su cabello es hermoso, liso y de color castaño oscuro, lo lleva algo largo, llegándole abajo los hombros. Tiene unos bellísimos ojos de color miel verdoso, con una mirada tan profunda y encantadora que te cortaba la respiración. Su rostro es hermoso, con unos rasgos muy finos y delicados; un rostro mas bien de niña pero con un toque de profunda serenidad, como el de un ángel. Sus dientes son una obra de arte para un dentista, blancos y casi perfectos; por eso tiene una hermosa y encantadora sonrisa, inimitable. Sus manos y pies son perfectos, tan finos, pequeños y bien cuidados. Su piel es de un color muy blanco. Es obvio que una piel como esta (además muy suave, como la piel de un bebe) es uno de los rasgos mas sensuales de mi hermana.
Les juro que no les miento, mi hermana a sus 37 años era una verdadera bomba sexy. Estaba buenísima, era una belleza explosiva que paraba el tráfico y ponía cachondos a todos los hombres. No que ahora no esté buena, está más buena todavía, la edad le ha sentado muy bien. Es una mujer madura, con un cuerpo de infarto y toda la experiencia que la vida le ha dado. Un manjar sin duda alguna. Y no lo digo yo, vaya que tiene muchos admiradores.
El problema es que a mi también me ponía cachondo, me calentaba verla. Desde que comencé a sentirme atraído por las mujeres, desde el preciso momento que empecé a entrar en la pubertad; yo comencé a ver a mi hermana Ivonne con otros ojos, los ojos morbosos de un hombre y no los de un hermano. ¡La primera vez que me masturbe fue imaginándome a mi hermana totalmente desnuda!
Tal vez eso es un poco normal, según los psicoanalistas. Ella era una verdadera hembra que no tenia nada que envidiarle a una modelo (e incluso estaba mas buena que muchas niñas de 20 años). Pero lo mío no era algo ocasional o pasajero, sino que se convirtió en una verdadera obsesión. Aunque me sentía culpable y avergonzado (como si fuera una aberración), todos los días me masturbaba pensando en ella. A toda hora veía su hermoso cuerpo en mi cabeza, soñaba con sus medidas perfectas, con ese cuerpo que parecía moldeado por un escultor como Miguel Ángel. Tenia fantasías eróticas con ella, fantasías cada vez mas atrevidas en las que incluso ya llegaba a imaginarme haciendo el amor con ella; cuando me abrazaba por alguna razón o cuando la veía en los pequeños bikinis que usaba en la playa o en la alberca, hacia esfuerzos sobrehumanos para que no se notara mi tremenda e inmediata erección. Y cada vez sentía más celos de los otros hombres que la veían con obsceno morbo; pero no celos de hermano sino de hombre. Me daba celos incluso su marido, porque en ese tiempo lo tenía. Para mi fortuna ya no, así que puedo acercarme a ella cuando quiera.
Me obsesionaba cada vez más con ella. No tenia ojos para otras mujeres, ni siquiera para mis compañeras de escuela, algunas bastante guapas y buenas; que tenia en el colegio. Aunque luchaba contra aquel sentimiento, mas podía mi deseo que mis remordimientos; llego un momento en que verla desnuda se convirtió en una necesidad irrefrenable para mi. No me bastaba con imaginar su cuerpo desnudo, sino que ¡Tenia que verlo!
Pero no era algo fácil. Desde que yo tenia 8 o 10 años de edad mi hermana dejo de mostrarse desnuda frente a mi; aunque la veía con frecuencia en la alberca de la casa (o en la playa en vacaciones) vistiendo solo pequeños bikinis (hilos dentales) que mostraban mucho de su anatomía, yo no podía ver lo que mas deseaba: sus tetas y culo totalmente desnudos y, lo mas importante, su conchita. Esa conchita que se marcaba deliciosa bajo su ropa.
Ivonne nunca andaría por la casa desnuda, y se cambiaba de ropa en su habitación. La única manera de saciar mi deseo y verla desnuda era espiándola cuando se bañara o cuando fuera a desvestirse. Pero era muy arriesgado, no sabía que pasaría si ella o alguien más me descubría.
De todas maneras decidí arriesgarme, y comencé a vigilar a mi hermana para hallar la ocasión perfecta para saciar mis deseos de voyeur. Me aparecía en su casa un día y otro también con cualquier pretexto. Un día que estaba solo en casa, y la única sirvienta que trabajaba ese día había salido a hacer unas compras, Ivonne llego de la calle desesperada por bañarse porque el día estaba muy caluroso. También estaba estresada por el trabajo, así que me dijo que se iba a meter al jacuzzi.
Mi corazón dio un vuelco, sabia que era mi mejor oportunidad. Vi como Ivonne entraba a su habitación y cerraba la puerta, pero yo sabia que ella nunca cerraba con llave; me metí al otro cuarto y espere un rato hasta que imagine que Ivonne estaría ya dentro del jacuzzi.
Sigilosamente le di vuelta a la perilla de la puerta, abrí la puerta muy despacio y entre de puntitas en la habitación. Vi sobre la cama toda la ropa que se había quitado, incluyendo su ropa interior; tenía ganas de agarrar su diminuta tanga de hilo dental, para olerla, pero preferí no perder tiempo y dirigirme a la puerta del baño. Mi corazón palpitaba aceleradamente y mis manos temblaban, todo mi cuerpo era presa del miedo y la excitación. La puerta del baño estaba semi abierta, y con mucho cuidado me asome para ver a Ivonne.
Entonces pude ver que el jacuzzi estaba lleno de espuma y con el hidromasaje encendido, pero ¡Ivonne no estaba!
Sorprendido tarde unos instantes en reaccionar, pero antes de que hiciera nada escuche una voz familiar a mis espaldas.
- ¡Javi!, ¿¡Que haces?! - dijo mi hermana.
Pegue un brinco del susto y casi grito; cuando me voltee mi hermana estaba detrás de mi, cubierta solamente con una toalla sujeta por un nudo hecho por encima de su pecho. Mi hermana sujetaba con una mano la toalla para asegurarse que no se cayera, mientras que con la otra mano sostenía su teléfono celular; tenía el cabello húmedo, y estaba descalza. Aunque en ese momento yo solo sentía miedo, luego, al recordar la estampa de Ivonne con ese "atuendo", semidesnuda y luciendo la humedad sobre ella, me excite mucho.
- ¡Responde Javi!, ¿Qué haces aquí?, Tu…. ¿Tú me estabas espiando?-dijo sorprendida Ivonne.
- Yo…. ¡Yo no hacia nada!- dije y me fui rápido de la habitación, y me encerré en el otro cuarto.
Tenia tanto miedo y rabia que deseaba morir. Miedo por la reacción de Ivonne y porque fuera a contárselo a mi padre; y rabia porque todo fue en vano y no pude verla desnuda. Comencé a maldecir mi mala suerte y tire algunas cosas al piso, mientras lloraba de la rabia. Mi oportunidad se había echado a perder, la había echado a perder yo mismo.
Un largo rato después, m hermana toco a la puerta y no tuve otra más que abrirle.
- Javi, vine a hablar contigo de lo que estabas haciendo. No soy estúpida, así que no me digas que no me estabas espiando. Se que querías verme desnuda en el baño; lo que quiero es tratar de entender porque. No tengas miedo y hablemos con confianza.
- ¡No!, yo no…
- Escucha, ahorita no pienses en mi como tu hermana sino como una amiga. Ya te dije que se lo que hacías y lo que quiero es que me respondas con la verdad. Dime, ¿por qué me espiabas?, ¿qué es lo que querías ver?, ¿yo te excito, mi cuerpo te provoca?
-Bueno yo…si, creo que si…
-Y hace tiempo que te fijas en mí como una…una mujer.
-Si, hace tiempo.
-Bueno, cuéntame todo con calma.
Hablamos un largo tiempo y yo le conté casi todo. Obviamente no le di detalles de mis fantasías sexuales con ella, y no le dije como se me paraba el pito cada vez que la veía en atuendos sexys, o cuando me tocaba al abrazarme y podía sentir sus tetas en mi pecho. Tampoco toqué el tema de cuando hurgaba en su ropa sucia buscando su lencería para olerla y masturbarme con ella. Pero si hablamos francamente de cómo me gustaba verla en tanga y como me gustaría verla desnuda. Me entere que mi intento de verla en el baño fallo porque se regreso a buscar su celular ya que esperaba una importante llamada del trabajo. Al final de la conversación ella parecía más sorprendida que nada.
-¿Y tu crees que tus malas calificaciones en el colegio tienen que ver con esta obsesión conmigo?- dijo ella. ¿Crees que eso es lo que te tiene distraído?
-No se, bueno, en gran parte- en efecto mi ultimo año escolar había sido un desastre, y mi asunto con Ivonne tenia cierta influencia.
-Bueno jovencito, pensare en lo que hemos hablado. No te preocupes, no estoy furiosa aunque tampoco muy contenta; tengo que pensar todo esto con calma. No le diré nada a papá ni a mamá. Por lo pronto cerrare la puerta de mi cuarto con llave, hasta mañana. No quiero más fisgones.
Aunque no me había ido tan mal, yo estaba muy preocupado. Ivonne podía cambiar de opinión y decirle todo a papá, o mandarme con un psiquiatra, o castigarme. Yo esperaba como un sentenciado a muerte aguardando su ejecución. Era incomodo estar bajo el mismo techo con mi hermana. Finalmente, unos días después del incidente, mi hermana me pidió que habláramos del asunto en mi habitación para que nadie escuchara.
-Muy bien Javi, he pensado muy bien en lo que te ocurre. Mira, si yo fuera una mujer chapada a la antigua como muchas otras hubiera hecho un gran escándalo, estaría muerta de dolor y vergüenza, y pensaría que mi hermanito esta loco o que es un enfermo sexual, porque solo así seria capaz de una cosa tan aberrante como esa; y si fuera mi abuela estaría muerta de la impresión. Pero tú sabes que aunque soy una mujer seria y no soy una libertina (jaja!), también soy una mujer de mente abierta. No me escandalizo fácilmente, y no me gusta juzgar a nadie, y mucho menos a mi propio hermano. Eres mi consentido, lo sabes. Además yo se que todos los niños y adolescentes sienten una cierta atracción sexual por sus hermanas, y tu creciste conmigo; con una hermana que despierta comentarios entre los hombres por su físico. Bien sabes y has visto la reacción que puedo causar en ellos. Supongo que esto es una etapa, y las causas deben ser psicológicas…
Yo no decía nada mientras esperaba para saber a donde quería llegar.
-No digo que lo que hiciste es bueno o malo, solo paso y muy probablemente vuelva a ocurrir. Yo se que cuando una persona tiene metida en la cabeza una idea es muy difícil quitársela de la mente. Y se que cuando alguien tiene un deseo muy fuerte, si no lo satisface se hace mas intenso, y si se lo reprimen se hace enfermizo porque nada hace algo mas atractivo que el tabú; y siempre lo prohibido es lo mas deseado. Así que si te castigo y prohíbo que me sigas viendo como mujer, solo haré tu deseo más fuerte. Mientras no satisfagas tu curiosidad no estarás contento…
Yo no sabia que quería decir, estaba desconcertado y no entendía nada.
-Por otro lado tenemos el problema de tu escuela; no quiero que pierdas este año como estuviste a punto de perder el anterior, y quiero que mejores tu promedio para que tengas mejores oportunidades de estudiar en la universidad. Creo que necesitas un estimulo para mejorar en la escuela…
Ahora entendía menos, y francamente estaba perdido.
-Javi, por una parte quiero que mejores en la escuela, y por la otra quiero curarte de esa curiosidad sexual que sientes conmigo, así que te tengo una propuesta, una idea que se me ocurrió para resolver tus problemas. Te propongo que si tu apruebas este año escolar con excelentes notas en todas las materias y un buen promedio, YO DEJARE QUE ME VEAS DESNUDA!
-¡¿QUE?!- dije sin poder creer lo que oía.
-Lo que oíste, y baja la voz no seas escandaloso. Ya te dije que se que tu deseo será mas grande sino lo satisfaces, porque lo oculto es mas atractivo; en cambio si me ves desnuda se te quitara el capricho y la obsesión, ya no vivirás pendiente de espiarme en ninguna parte porque ya habrás visto todo. Ya te dije que soy una mujer de mente abierta y sin complejos, además de muy práctica. Y así también te obligaré a estudiar.
-¡No te creo!, vamos tu lo que quieres es que me rompa la cabeza estudiando, pero no creo que tu….
-¡No me crees!, bueno yo me esperaba eso. Por eso te propongo algo: si apruebas con buenas notas los exámenes parciales del primer trimestre yo dejare que me veas las bubis, me quitare el brassiere y te enseñare las tetas; si apruebas los exámenes del segundo trimestre, te enseñare el trasero sin ni siquiera una tanga que lo cubra; y si apruebas los exámenes finales del año, bueno, te enseñare el "conejito" que tengo entre las piernas….
Yo no podía creer que mi hermana me estuviera diciendo todo aquello, yo estaba tan sorprendido que parecía que estaba en shock. Pensé en pellizcarme para ver si era un sueño o una de mis fantasías sexuales. Pero era verdad, y pronto me sorprendí excitado, con una erección que crecía ante la sola idea de que mi hermana cumpliera su promesa.
-Pero, claro que hay condiciones- continuo Ivonne- se trata solo de ver y no tocar, no olvides que soy tu hermana, y si se te ocurre tocarme "algo" que no debes tocar, no solo te daré una buena bofetada sino que haré que te arrepientas. Yo pongo los limites de lo que puedes hacer o no.
Envalentonado por la libertad que me estaba dando mi hermana, decidí poner también mis condiciones.
-Esta bien Ivonne, pero entonces yo también tengo derecho a poner algunas condiciones.
-¿Y cuales son?
-Bueno, en la clase de civismo siempre dicen que todo derecho adquirido es irrenunciable e irreversible. Por eso, si me lo enseñas una vez debo tener derecho a seguir viéndolo otras veces; no es que va a ser una sola vez y después volvemos a la situación de antes, sin poder verte nunca más.
-Vaya, eres un buen negociante, saliste a tu padre- dijo Ivonne con una sonrisa maliciosa y sarcástica -esta bien, una vez que te enseñe algo, te lo seguiré enseñando en el futuro. ¿Trato hecho?
Me extendió su mano, y yo la tome con fuerza. Mi erección era tan grande que temí que se diera cuenta, algo que por la cara de picardía de ella supuse que había ocurrido. Su cara delataba una excitación en ella.
-Tenemos un trato, Ivonne.
Ella se dio la vuelta para irse, pero se volteo para decirme algo más.
-Ah, una cosa mas, cerrare mi puerta con llave para que no vayas a querer disfrutar la mercancía con anticipación- dijo, mientras me guiñaba un ojo con sonrisa traviesa y cara de picara.
Continuará...
Besitos
Dra. Tentación
Fotos: inthecrack.com
Imágenes solo de carácter ilustrativo y propiedad de sus creadores originales.















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